San Roque rinde homenaje a algunos de sus ciudadanos ilustres por el 313 Aniversario de la Ciudad

Jueves, 30 Mayo 2019

San Roque ha rendido hoy, jueves, homenaje a personas y entidades destacadas con motivo del Pleno Institucional de Honores y Distinciones por el 313 Aniversario de la Fundación de la Ciudad. Este pleno debería haberse celebrado el pasado 21 de mayo, fecha oficial de la celebración, pero se aplazó para no interferir en la campaña electoral.

NOTICIA PLENO INSTITUCIONAL 31 MAYO 2019

En la sesión, se entregó la Medalla de Oro de la Ciudad a la Guardia Civil; se nombró Miembro Honorario de la Corporación a Juan Simón Jaén Cabrera; y se otorgaron Menciones de Honor a la Pastelería “La Nueva” (Antonio Ocaña Pérez); Panadería Sabe (Juan Antonio Sabe Martín); Ferretería “El Motor” (Antonio Torres Ayala); Club Deportivo San Bernardo; Coro Rociero Ciudad de San Roque; José Manuel Andreu Cuadrado; Inmaculada López Marcenaro; y, a título póstumo, a Luis Ángel Ortega León, con la categoría de Hijo Adoptivo de la Ciudad.

En el Pleno tuvo especial protagonismo la Guardia Civil, por el trágico fallecimiento minutos antes en acto de servicio del guardia civil de tráfico Fermín Cabezas. En su memoria se suspendió un baile inicial de la Escuela de Baile Vanessa Orrán, una degustación de vino con un venenciador, y el repertorio del Coro Rociero Ciudad de San Roque.

Además, el público presente tuvo un especial cariño y reconocimiento con los miembros de la Guardia Civil presentes en el acto para recoger la Medalla de Oro de la Ciudad, así como en el discurso del coronel jefe de la Comandancia de Algeciras, Jesús Narciso Calvo.

El Pleno Institucional se ha celebrado en el Teatro Juan Luis Galiardo a partir de las 19 horas. Asistieron todos los ediles excepto Carlos Mescua y José Luis Navarro. Entre los asistentes en el público se encontraban el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Antonio Pacheco; el coordinador de la Administración General del Estado en el Campo de Gibraltar, José Medina Arteaga; y la subdelegada de la Junta de Andalucía en el Campo de Gibraltar, Eva Pajares Ruiz.

El acto comenzó con una breve presentación a cargo del alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, que pidió un minuto de silencio por el fallecimiento del guardia civil de tráfico Fermín Cabezas, ocurrido instantes antes de celebrarse en pleno en acto de servicio. El alcalde trasladó a los mandos de la Guardia Civil y a la familia las condolencias en nombre de la Corporación.

Anunció el alcalde que en memoria del agente se habían suspendido las actividades lúdicas que había programadas en el evento, como el baile del grupo de Vanessa Orrán; el venenciador o el repertorio del Coro Ciudad de San Roque.

Tras ello la secretaria general del Ayuntamiento comenzó a leer las reseñas vitales de cada uno de los galardonados y se procedió a la concesión de los reconocimientos en sí, consistentes en un diploma enmarcado.

El alcalde, en todos los casos, y varios ediles en funciones entregaron las distinciones. El primero en subir fue el Miembro Honorario de la Corporación a Juan Simón Jaén Cabrera, al que le siguieron las Menciones de Honor para Antonio Ocaña Pérez por Pastelería La Nueva; Juan Antonio Sabe Martín por Panadería Sabe; Adrián Aranda, presidente del CD San Bernardo;

Luisa Montes, por el Coro Rociero Ciudad de San Roque; José Manuel Andreu Cuadrado; Antonio Torres Ayala por Ferretería El Motor; Inmaculada López Marcenaro; y Luis Ortega, hijo de Luis Ángel Ortega León, a título póstumo con la categoría de Hijo Adoptivo de la Ciudad; y el coronel jefe de la Comandancia de Algeciras, Jesús Narciso Calvo, por la Medalla de Oro de la Ciudad a la Guardia Civil.

Una vez concedidos los reconocimientos, tomó la palabra Luisa Montes, del Coro Rociero Ciudad de San Roque para asegurar que este premio es de todos los integrantes del Coro, y tuvo palabras de recuerdo para componentes que se fueron o que están enfermos, como el caso de Gonzalo Rojas, al que deseó una pronta recuperación.

También tomó la palabra Luis Ortega, del que dijo que su padre dio su vida por San Roque, y desveló que tenía un proyecto para ampliar el Museo de San Roque para dar a conocer la obra de Ortega Brú. Dio las gracias por el galardón, pero pidió ayuda para dar continuidad a lo que quería su padre: dar visibilidad a la obra de Ortega Brú ampliando el museo.

Especialmente emotivas fueron las palabras del coronel jefe de la Comandancia de Algeciras, Jesús Narciso Calvo, agradeciendo la Medalla de Oro por los 175 años de servicio del cuerpo en San Roque y en España.

El coronel tuvo palabras para Fermín Cabezas, fallecido en acto de servicio hace unas horas:

Esta medalla de oro se la vamos a dedicar al guardia fallecido, mayor ejemplo del servicio a los ciudadanos, entregar su vida, dijo emocionado el coronel, lo que arrancó emotivos aplausos de los presentes.

Por último, Inmaculada López, en nombre de todos los galardonados, dijo que habían sentido sorpresa y gratitud. “Todos los galardonados somos representantes de lo cotidiano”, aseveró.

Representantes de las pequeñas empresas, verdadero motor de Andalucía, como las galardonadas hoy, a las que hizo un repaso a sus trayectoria y elogios a todas ellas; o a representantes de la música, el deporte, y la Guardia Civil.

López señaló que la enseñanza es uno de los pilares del progreso, e hizo un llamamiento a los jóvenes para que vean que su utopía no tiene porqué estar fuera de la comarca.

Tras estas intervenciones, el Coro Ciudad de San Roque interpretó para los presentes el Teatro, puestos en pie, el Himno de Andalucía.

Finalizó el Pleno con una breve intervención del alcalde en funciones, en la que recordó que San Roque ha trabajado duro estos 313 años para salir adelante, y ese esfuerzo se recompensa a sanroqueños ilustres en este Pleno.

Hizo una mención especial a la Guardia Civil, la institución mejor valorada por los españoles y por los sanroqueños. “Por eso en su 175 aniversario son merecedores de la más alta distinción”, dijo.

Dio las gracias a las 12818 personas que acudieron a votar en las ultimas elecciones municipales y eligieron a la nueva Corporación. Se mostró orgulloso de nuestro pasado y aseguró que todos juntos alcanzaremos importantes metas para la ciudad.

Por último, transmitió sus condolencias a la familia del guardia fallecido y al cuerpo por tan triste pérdida.

 

A continuación, reproducimos una breve reseña sobre los galardonados.

Medalla de Oro para el Cuerpo de la Guardia Civil.

El Cuerpo de la Guardia Civil, de naturaleza militar, es la institución policial de ámbito estatal más antigua que existe actualmente en España, manteniendo desde su fundación, en 1844, la misma identidad corporativa y deontológica. También es la de mayor despliegue territorial y número de efectivos, estando actualmente establecidas sus funciones y principios básicos de actuación en la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

En el caso concreto del municipio de San Roque, se trata igualmente del Cuerpo de Seguridad más antiguo de los actualmente ubicados en el mismo, habiendo sido además, desde finales de 1844, el competente para garantizar la seguridad ciudadana de sus habitantes, habiendo realizado además innumerables acciones beneméritas en favor de ellos.

Ha de destacarse sobresalientemente, además de los 175 años de presencia ininterrumpida de la Guardia Civil en dicha localidad, que se fijó en ella su cabecera en el Campo de Gibraltar durante las casi dos primeras décadas.

Desde finales de 1844 hasta principios de 1862 estuvo ubicada en la Ciudad de San Roque la residencia de la Jefatura de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar, siendo por lo tanto la sede de su Oficial Jefe más caracterizado.

Inicialmente se trató de la 4ª Sección de la Compañía de la Guardia Civil de la provincia de Cádiz, posteriormente denominada Línea de San Roque, de la que dependían los diferentes Puestos que se fueron creando en las principales poblaciones del Campo de Gibraltar, siendo el de la Ciudad de San Roque el primero de ellos.

Transcurridos 175 años existen actualmente en el municipio de San Roque, dos Puestos Principales de la Guardia Civil, el de San Roque y el de Guadiaro, siendo el único caso de existencia en un mismo término municipal de dos unidades de esa entidad, mandadas por oficiales, no sólo en la Comarca del Campo de Gibraltar y en la provincia de Cádiz, sino en toda Andalucía.

Dado que la Guardia Civil lleva prestando en dicho término municipal su servicio peculiar de forma ininterrumpida desde su despliegue en el Campo de Gibraltar, a finales de 1844, bien podría decirse por lo tanto que como custodio y garante del Orden y la Ley, ha sido también destacado pilar de su desarrollo como Ciudad, en todas y cada una de sus barriadas y pedanías. Pues, en una población donde hay seguridad se facilita el normal desarrollo de la pacífica convivencia y del ejercicio de las actividades comerciales, económicas, sociales y vecinales.

Conforme se estableció en la Real Orden Circular de 25 de noviembre de 1844, del Ministerio de la Gobernación, el Tercer Tercio, con cabecera en Sevilla y mandado por el coronel José de Castro, tendría por demarcación las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla. Su plantilla quedaba encuadrada en tres compañías de infantería y un escuadrón de caballería, con una fuerza total compuesta de un jefe, 21 oficiales y 537 clases y tropa.

Una de las tres compañías de infantería, compuesta a su vez por cuatro secciones, fue asignada a la provincia de Cádiz, cuyo mando había sido nombrado por Real Orden de 17 de septiembre de 1844, tratándose del primer capitán José María de Cisneros Lanuza.

Por Real Orden Circular de 20 de diciembre de 1844, del Ministerio de la Gobernación, se dispuso que la 4ª Sección de Caballería, de la Compañía de la provincia de Cádiz se trasladase al Campo de Gibraltar con su jefe al frente. Se trataba del alférez Juan Morillas de Casas, siendo el primer oficial del benemérito Cuerpo que estuvo destinado, y durante más de una década, en lo que actualmente es esta Comarca, fijando su residencia y jefatura en San Roque. La plantilla de la sección estaba compuesta por el oficial comandante de la misma, un sargento, un cabo primero, otro segundo y 30 guardias civiles.

En un primer tiempo se establecieron dos acuartelamientos de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar -San Roque y Algeciras- desde donde prestaban servicio al resto de localidades y los caminos que las unían entre si.

El progresivo aumento de la plantilla total del Cuerpo de la Guardia Civil, y por lo tanto también de la asignada a la provincia de Cádiz, fue permitiendo durante los años siguientes que su presencia se fuera extendiendo por todo el territorio de la misma, estableciéndose nuevas casas-cuarteles en otras poblaciones y potenciando su despliegue con nuevos puestos.

En el caso concreto del Campo de Gibraltar, la “Sección” de caballería, ya denominada “Línea”, con cabecera en San Roque, fue también aumentando y potenciando su despliegue inicial con fuerzas de infantería, implantándose nuevos acuartelamientos en otras poblaciones próximas.

El 10 de octubre de 1853, la situación de la fuerza de la Guardia Civil en la provincia de Cádiz, contaba ya con un total de 25 puestos con 242 guardias civiles, de los que 211 eran de infantería y 31 de caballería. Las cabeceras de las Líneas se encontraban en Jerez de la Frontera, Grazalema, Puerto de Santa María, Medina Sidonia, Villamartin y San Roque.

El mando de esta última, cuya demarcación territorial seguía comprendiendo el Campo de Gibraltar, continuaba siendo ejercido por el mencionado teniente Morillas, de quien dependían a su vez los Puestos de Algeciras, Los Barrios, Jimena de la Frontera, La Línea, San Roque y Tarifa.

Durante los años siguientes la plantilla del Cuerpo y su despliegue territorial fueron creciendo y potenciándose. Aunque algunas de las cabeceras de dichas secciones y líneas modificaron su ubicación, la de San Roque continuó como jefatura de la fuerza de la Guardia Civil desplegada en el Campo de Gibraltar.

Ello se mantuvo así tres años más hasta que por Real Orden de 28 de septiembre de 1861, la Guardia Civil experimentó una de las más importantes reorganizaciones desde su fundación. A partir del 1º de enero de 1862, en la provincia gaditana se pasó de una a tres compañías, con cabeceras en Chiclana de la Frontera, Algeciras y Grazalema respectivamente.

Las cabeceras de las líneas de la Compañía, que correspondía al Campo de Gibraltar y cuyo capitán jefe estableció su mando en la ciudad de Algeciras, se fijaron en San Roque, Tarifa y Alcalá de los Gazules, estructura que se mantendría durante casi las tres décadas siguientes.

Entre los millares de servicios relevantes prestados por la Benemérita en San Roque que han realizado a lo largo de sus 175 años de presencia en dicho término municipal, destacar como ejemplo el publicado en el Boletín Oficial de la Guardia Civil, de 1º de mayo de 1879. Fue llevado a cabo por el guardia 1º Cecilio Alonso Peña y el guardia 2º José Salvo Viera, que “han prestado los más eficaces auxilios al anciano Francisco Giménez Peñas, al que encontraron enfermo y en el más lamentable estado de desnudez y desfallecimiento, abrigándole con sus capotas y conduciéndole al hospital, después de haberle proporcionado toda clase de alimentos”. Tan humanitario y benemérito servicio fue felicitado por el director general del Cuerpo, el teniente general Fernando Cotoner Chacón.

Respecto a dicho carácter benemérito de la Guardia Civil hay que destacar que fue consustancial a su propia existencia desde sus primeros pasos, siéndole concedida al Cuerpo, por Real Decreto de 4 de octubre de 1929, la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo negro y blanco, “por los innumerables actos y servicios abnegados, humanitarios y heroicos que los individuos pertenecientes al mismo han realizado con motivo de incendios, inundaciones y salvamento de náufragos.”

La entrada en vigor de la Ley de 15 de marzo de 1940, motivó la desaparición del Cuerpo de Carabineros así como que sus efectivos, acuartelamientos y misiones pasaran a ser asumidas por la Guardia Civil. Así casas-cuarteles como las de Puente Mayorga y Guadarranque, entre otras, pasaron a formar parte de la Guardia Civil de San Roque, que ya contaba, además desde finales de 1844 con la ubicada en dicha ciudad, como con la de Campamento, creado como Puesto por Real Orden de 28 de septiembre de 1925, ubicado en la aldea de Campamento de Benalife, sita en el término municipal de San Roque, próximo a La Línea de la Concepción.

Desde finales de 1844 hasta la actualidad, son innumerables los actos y los hechos que han venido vinculando entre sí al Ayuntamiento de San Roque y el Cuerpo de la Guardia Civil.

Por razones de espacio y tiempo no sería posible relacionar todos ellos, pero si se quiere sintetizar en tres hechos muy concretos esa singular y fortalecida vinculación institucional.

Acaecidos en tres épocas diferentes de la ciudad, se tratan de la adhesión en 1935 por parte de su Ayuntamiento al homenaje que se tributó el 8 de diciembre a la Guardia Civil por iniciativa de la Diputación Provincial de Cádiz, consistente en la donación de una enseña nacional y su vitrina a la comandancia gaditana; la entrega de la enseña nacional con el nuevo escudo por el alcalde de San Roque al comandante del Puesto el 19 de junio de 1982; y la concesión por la Jefatura de la IV Zona de la Guardia Civil de la Comunidad Autónoma de Andalucía, del galardón “Tricornio de Gala del Año” en su edición de 2018, que fue entregado en Sevilla el 12 de octubre al Ayuntamiento de San Roque, por su inestimable y humanitaria ayuda prestada en el polideportivo municipal con motivo de las llegadas masivas de inmigrantes irregulares a las costas del Campo de Gibraltar.

Finalmente, hay que destacar que la concesión de la Medalla de Oro por el Ayuntamiento de San Roque constituye la más alta distinción que la Ciudad puede conceder como reconocimiento por los innumerables servicios prestados al benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, con motivo del CLXXV Aniversario (1844-2019) de su fundación.

 

Miembro Honorario de la Corporación: Juan Simón Jaén Cabrera.

Nació en La Línea en 1953. Desde los quince años ya estaba trabajando en un taller de la firma Bultaco en dicha ciudad. Sus grandes aficiones son la pesca, las motos y el fútbol. Se casó con Herminia, una sanroqueña, y desde entonces vive plenamente integrado en la barriada de Campamento.

En el curso escolar de 1982, con 29 años, empezó a trabajar en Campamento como conserje-mantenedor del antiguo colegio hasta que en 1987 se trasladó al nuevo centro.

No sólo ha ejercido las funciones propias de su trabajo, sino que en el colegio ha sido jardinero, hortelano, entrenador de los equipos de futbito con alumnos, llegando en los años 90 a jugar en el Campeonato de Andalucía.

Acompañante en las excursiones, ayudante de confección de las revistas escolares, ha dedicado muchas horas fuera de su jornada laboral a todo tipo de trabajos comunitarios, incluidos consejos escolares, reuniones de AMPA, fiestas escolares y asociacionismo en la barriada.

Apreciado en todo Campamento no sólo por su dedicación a los demás, sino por sus características personales, que pueden resumirse en unas palabras: bondad, honradez, humildad, respeto, amistad y dedicación.

 

Menciones de Honor:

1) Confitería La Nueva

Hace 50 años, en 1969, comenzó un pequeño proyecto por parte de un ciudadano de la Estación de San Roque, que ha resultado ser el más importante y satisfactorio de su vida. Su nombre es Antonio Ocaña y es el fundador de la Pastelería La Nueva.

Esta historia tiene su origen en Gibraltar. Antonio trabajaba en una pequeña confitería muy conocida por los habitantes de la zona. En ella empezó a interesarse por el mundo de la pastelería y a querer aprender mucho más sobre los secretos de esta bonita profesión.

El cierre de la frontera hizo que tanto él como su mujer, Isabel Sánchez, más conocida en su pueblo como Isabel Cuarta, tuvieran que emprender una nueva vida, ya que se quedaron desamparados, sin trabajo y con tres hijos pequeños.

Contaban con una pequeña ayuda del Gobierno español como indemnización por el cierre de la Verja, y teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban, principalmente por su familia, decidieron emprender un nuevo proyecto en su pueblo, haciendo lo que mejor se le daba: la pastelería. Antonio era un hombre trabajador, entregado y rebosaba pasión por su trabajo, y ganó muchísima experiencia en los 15 años que estuvo trabajando en Gibraltar. Pero todo ello no hubiese sido posible sin su mujer, quien nada más conocer de su marido el proyecto, lo asumió con valentía y entrega (se encargaba de la tienda, de los empleados y, por supuesto, de sus hijos).

Disponían de medios económicos limitados, así que tomaron la decisión de utilizar su propia casa para salir adelante y preparar algunas de las habitaciones para convertirlas en la que sería su futura tienda y la zona de trabajo (obrador). No disponían de horno y, ante ese problema, los dueños de la panadería vecina tuvieron la amabilidad de ofrecerle el suyo por un tiempo.

Poco a poco el negocio fue prosperando y dándose a conocer, así que pudo permitirse comprar unos terrenos adyacentes, construir su propio horno y contratar algunos trabajadores para sacar a flote el establecimiento.

Su proyecto iba creciendo, pero también su familia. En poco tiempo sus hijos se hicieron mayores, al menos lo suficiente como para poder colaborar en el trabajo y formar parte de la empresa. De sus tres hijos, el mayor, José Antonio Ocaña, quiso emigrar a Cataluña para empezar una nueva vida allí. Sin embargo los más pequeños, Juan Ocaña y Jesús Ocaña, quisieron seguir viviendo en el Campo de Gibraltar y seguir los pasos de su padre.

Ahora el que se ha hecho mayor es Antonio. Se jubiló hace más de veinte años y desde entonces han sido sus hijos los que, con su esfuerzo, dedicación y amor por la profesión, se encargan del negocio.

Antonio no ha dejado de estar a su lado cada día, orientándolos en lo que ha podido con su experiencia y maestría. Se han ayudado mutuamente y ése ha sido el secreto de todo su éxito.

Hoy Antonio tiene 91 años y después de todo este tiempo, la pastelería La Nueva no sólo le ha dado un trabajo para sobrevivir, sino que le ha dado una vida maravillosa llena de amor: amor por parte de las personas del pueblo que siempre han acudido a ellos con tanto cariño y, sobre todo, el amor de sus empleados que tantos años han dedicado al crecimiento de este negocio. Son una gran familia y Antonio se siente muy orgulloso de poder decir que lo que empezó siendo una pequeña idea para salir adelante con sus vidas, hoy en día es mucho más que eso: es un sueño hecho realidad.

 

2) Panadería Sabe

Juan Antonio Sabe Martín nació en Puente Mayorga en 1953. Estudió en los Salesianos Bachiller Elemental y en el Instituto Menéndez Tolosa (La Línea) el Bachiller Superior.

Ayudaba en la panadería familiar mientras estudiaba. Una vez finalizado el servicio militar entró de manera definitiva a trabajar con su padre en dicha panadería de Puente Mayorga.

Cuando falleció su padre se encargó del negocio junto a su hermano. Podría decirse que ha sido panadero en la barriada durante toda su vida, repartiendo el pan a domicilio puerta a puerta, por lo que rápidamente se hizo muy popular y querido entre los vecinos, especialmente entre los niños.

Con la desaparición de este negocio, cierra unos de los establecimientos más conocidos del municipio.

 

3) Club Deportivo San Bernardo

Entre los años 50 y 60 del pasado siglo, el deporte del fútbol en la Estación de San Roque se practicaba de manera no federada. Concretamente había dos equipos en estas fechas, La Unión y el Barrio Alto.

Ya en fechas cercanas a la creación del club persiste un solo equipo, al cual se le denomina Club Deportivo San Bernardo, en honor al patrón de la barriada, manteniendo este nombre hasta el día de hoy.

En el año 1969 el Club Deportivo San Bernardo se federa, siendo su primer presidente el vecino Alberto Umbría Perales. En honor a este impulsor del equipo, el campo de fútbol, hasta entonces llamado El Molino, pasó a denominarse Campo Municipal Alberto Umbría.

En cuanto al creador y diseñador del escudo de este popular club fue otro vecino, Juan Acevedo Baena.

En 1971 el club comienza a competir en la liga federada, lo que conlleva su crecimiento con la incorporación de categorías inferiores. En este sentido, en el presente año se ha llegado a participar en todas las categorías existentes, desde Prebenjamín a Sénior.

Desde el seno de este equipo, y durante toda su trayectoria, han salido de su cantera jugadores que han alcanzado categorías de máxima altura deportiva: Selección Española, Primera, Segunda y Tercera División. A este respecto, cabe destacar a deportistas como Antonio Vargas, Manuel Pimentel, Armando Lara, Luis Lozano, Francisco Heredia, Salvador Medina, Pedro Morales, Javier León, Francisco Acevedo, Juan José García, José María León, Oscar Ruiz, o Ezequiel Gómez.

En el largo recorrido de este club, la máxima categoría alcanzada es la de Regional Preferente y actualmente se encuentra en la Primera Andaluza, categoría a la que acaba de ascender el equipo senior.

Durante este año, siendo presidente Adrián Aranda, se está llevando a cabo la celebración del cincuenta aniversario del club y por este motivo se están realizando distintas actividades, entre ellas, el homenaje que en cada partido se esta haciendo a jugadores directivos, entrenadores y a todos los que por uno u otro motivo han colaborado y trabajado en el mismo. Personas, todas ellas, que han aportado su amor al club para seguir avanzando en el mundo del deporte de la comarca.

 

4) Coro Rociero Ciudad de San Roque

Se fundó en 1992 y en principio estaba compuesto sólo por mujeres. En la actualidad está formado por cuatro guitarras, tres voces de hombres y catorce mujeres. Su directora es Estefanía Fernández Rodríguez, siendo la responsable de relaciones públicas Luisa Montes Menor, una de las grandes impulsoras de este veterano grupo.

En su larga trayectoria el coro ha actuado en un gran número de actos benéficos y en festejos tradicionales como la Feria Real -en el popular Domingo Rociero, en la Caseta Municipal o en algunas de las coronaciones de reinas- o los organizados en honor de los patrones de la ciudad. Durante la Navidad participa en los festejos que tienen lugar en distintos puntos del municipio. Asimismo, cantando villancicos ha obtenido primeros y segundos premios en concursos de diferentes poblaciones de la provincia.

Pero, sin duda, uno de sus grandes logros es haber extendido y popularizado el Pasodoble a San Roque, que han cantado en numerosas ocasiones fuera de la ciudad, como en la Feria Internacional de Turismo de Madrid, donde ha estado presente hasta en cinco ocasiones.

Como señala su directora, “nuestro objetivo es allá donde vayamos dejar en lo más alto el nombre de San Roque”. Y mientras tanto sus miembros seguirán actuando y amenizando todos aquellos actos tanto públicos como privados en los que se cuente con su presencia.

5) José Manuel Andreu Cuadrado.

Durante los dos períodos que permaneció como enseñante en Taraguilla, en los años ochenta del siglo pasado, y en su etapa más larga, desde 1997 hasta 2013, desarrolló un trabajo profesional reconocido por padres y madres de esta población.

Pero José Manuel no fue un maestro más. Su compromiso con los vecinos, le hizo colaborar en diferentes actividades de manera absolutamente altruista.

Vinculado al mundo del fútbol de la barriada desde el inicio de esta actividad deportiva, su amistad con el vecino Salvador Cotilla hizo que de forma paulatina se fuese introduciendo en el ámbito del deporte base.

Continuó su colaboración con otros inquietos vecinos como Juan Alba, con los hermanos José y Miguel García Mota y luego con Juan Serván, haciendo de secretario del equipo de la barriada, la Asociación Deportiva Taraguilla. Fue una etapa donde se pusieron los pilares para afianzarse en lo que iba a ser uno de los espacios de formación deportiva más relevantes en Andalucía.

La culminación a todo este trabajo vino en el período de Javier Chacón, durante el cual Andreu continuó en la secretaria. Una etapa de gran esplendor pues se situó al club en ligas de la División Andaluza y alcanzando la División de Honor.

Asimismo se puso en marcha el Torneo de Fútbol-7, considerado el más importante de Andalucía, teniendo el club la consideración de ejemplo de Planificación Deportiva y Gestión Eficaz.

También se creó un equipo femenino en el año 2012, que llegó a jugar en la segunda división del fútbol femenino español.

Como personaje popular y muy querido en Taraguilla, en el año 1999 fue nombrado pregonero de su Carnaval y en el 2013 de su Feria, aportaciones de las que se siente enormemente orgulloso.

En 2013 pidió traslado profesional a otra barriada muy importante en su vida, la Estación de San Roque. Fue aquí donde desarrolló los últimos cinco años de los cuarenta y dos de ejercicio profesional.

 

5) Ferretería-Droguería El Motor.

La tienda El Motor comenzó su andadura en Guadiaro en el año 1903, hace 116 años, de manos de su fundador y su esposa Juan López Granados y Encarnación Lobato Toledo, oriundos de Vélez-Málaga. Él vino a San Roque como capataz de Los Larios. Abrieron una tienda dedicada al comercio de lo que en aquella época se conocía como quincalla, dedicada a vender artículos de precio económico relacionado con herramientas, recipientes, aperos, utensilios de latón y para el hogar.

En el año 1914, siguiendo su espíritu emprendedor, construyeron en Guadiaro una fábrica de harinas, a la que se instaló un motor a gas, y en la tienda también se comenzó a vender pan y productos de alimentación. Desde entonces a la tienda se la empezó a llamar EL MOTOR y ya se quedó con ese nombre, que fue el que se puso a todos los efectos legales de actividad del comercio que, posteriormente con la modernidad de los tiempos y la legislación específica, se ha ido haciendo.

El negocio era familiar y al fallecimiento del fundador, en 1959, continuó con la tienda su hijo Antonio Lobato y su esposa Rafaela Pérez Ledesma, trabajando también con ellos su hija María Cristina López Pérez. Aunque el establecimiento se encontraba en Guadiaro en la calle Tránsito nº43, ocupando ya 250 metros cuadrados, se abastecía además a diferentes cortijos de la zona y barriadas limítrofes. Posteriormente, en el año 1980, María Cristina López Pérez y su esposo Antonio Torres Ayala se hicieron cargo de la tienda y siguieron el comercio, pero ya dándole un giro, enfocándolo a la actividad de ferretería –droguería.

Ya en 1980 comenzaba a experimentar Guadiaro un crecimiento importante de la población, pero la mayor parte del mismo se producía alrededor de Sotogrande, urbanización destinada a ser un referente turístico. En esa época, la población autóctona comenzó a establecerse en lo que hoy es Pueblo Nuevo de Guadiaro, zona que estaba diseñada para dar servicio a la citada urbanización. Con su espíritu emprendedor, Cristina y Antonio tomaron la decisión de ampliar el negocio y, en 1988, se trasladaron a Pueblo Nuevo de Guadiaro, donde se construyó la actual tienda Motor II, que supuso una ampliación de 2.000 metros cuadrados, dando un salto cualitativo y cuantitativo.

Posteriormente, y ya contando cuatro hijos, fueron ampliándose las líneas de negocio hasta culminar con la adquisición de dos naves dedicadas a la construcción y exposición de pavimentos, revestimientos y sanitarios, que ocupan una superficie de 5.000 metros cuadrados.

En la actualidad esta empresa familiar está dirigida por los cuatro hijos del matrimonio de María Cristina y Antonio, siendo los bisnietos de los fundadores de la incipiente tienda de quincalla.

Lógicamente en el ámbito social son varias las familias que a lo largo de todos estos años han vivido del empleo de este negocio familiar, contando en la actualidad con 22 empleados fijos, sustentando la economía directa de otras tantas familias y siempre colaborando desde hace muchísimos años con otros colectivos sociales de toda la zona de Guadiaro, como con el Club Deportivo de Fútbol de Guadiaro

En este este sentido, Antonio Torres ha sido presidente del club y, en cuanto a otro deporte popular en la zona, como es el golf, ha colaborado con diferentes torneos organizados por el Club Municipal de La Cañada. A ello se une una gran labor solidaria en el agasajo a los mayores durante las fiestas y con aportaciones solidarias a Cáritas.

Siempre dispuesto a colaborar con las instituciones públicas, lo ha hecho con el propio Ayuntamiento o la Guardia Civil.

Por todo ello, esta familia de emprendedores, no sólo destaca por su labor empresarial, sino por su implicación vecinal.

6) Inmaculada López Marcenaro

Nació en Campamento en una casa aneja a la casona de los Show, de los que recuerda su rosaleda y el nogal al que trepaba. Fue la segunda hija de un matrimonio formado por un valenciano y una campamentera, hija de una familia de fuerte vinculación a la barriada y a San Roque. De los cuatro a los ocho años se trasladó a Puente Mayorga a vivir a una casa construida por su padre, precisamente junto al antiguo puente. Ese Puente y las ruinas de Carteia, que iba a visitar junto a su hermana y primos, son los primeros recuerdos sobre la fascinación que le produjo la Historia, y la playa con las brozas y los fortines. A los ocho años vuelve a Campamento, a la casa que su padre construye en la colina frente a las casa de los Capurro.

Estudia siempre en la escuela pública, primero en el Polo, en el grupo escolar Santa Rita y más tarde en el instituto Libre Adoptado de San Roque, también construido por su padre y Antonio Mauricio. Termina el bachillerato elemental a los catorce años, y sin poder continuar, por entonces, los estudios en nuestra localidad, se marcha a hacer el bachillerato superior, de 5º a COU al Tolosa de La Línea. A los diecisiete años tiene muy claro qué hacer: Geografía e Historia, los tres primeros años en Cádiz, y la especialidad de Historia General en Sevilla.

Casada desde muy joven, a los 20 años, y madre joven también, con veintidós años tiene a su primera hija, y justo en esa década a dos hijos más. Hasta ahora, su gran obra.

Estudios, crianza de niños, oposiciones y la vida de por medio, comienza a trabajar, cuando logra pasar los exámenes pero sin obtener plaza, en el mismo centro donde estudió: embarazada de su último hijo, en horario diurno y nocturno, sin derecho a permiso de maternidad. Dos cursos más tarde, en 1992, obtendrá la plaza de funcionaria. En el curso 1996-97 recala en San Roque como funcionaria en prácticas, en el IES José Cadalso. Al año siguiente le dan el destino definitivo en el mismo centro. En él ha sido tutora, jefa del Departamento de Geografía e Historia, vicedirectora y actualmente jefa del departamento de Formación, Evaluación e Innovación Educativa.

Inmaculada, más conocida por Lala por todas las personas que han pasado por su vida y sus clases, es un huracán: de palabras, de historias, de valores, de amor, de respeto, de sensibilidad. Lala ha dejado una huella imborrable en la vida de los alumnos y alumnas que han tenido la suerte de poder compartir aprendizaje con ella, una huella que no hizo falta tiempo y distancia para apreciar. Enamorada de la historia, acercó el arte a sus alumnos y alumnas, impulsando excursiones donde para muchos y muchas era la primera vez que contemplaban alguna pintura, escultura o edificio de arquitectura destacable. Se trata de enseñar la historia a través del arte, de la música, la poesía, el teatro, la danza o la filosofía.

Pero ella ha hecho siempre mucho más que todo eso, que no es poco. Y es que Lala enseñó valores imprescindibles al alumnado. Porque hay quienes deciden seguir estudiando y hay quienes deciden apartar la formación académica para saltar del instituto a la escuela de la vida. Pero siempre quedan los valores. Lala siempre quiso que su alumnado fuera crítico, que pensaran por ellos mismos, que elaboraran su propio criterio, que distinguieran las cuestiones más valiosas de la vida.

Amante de su profesión y de la enseñanza pública, siempre ha sabido depositar la confianza en cada alumno, en cada alumna.

Para toda la comunidad educativa de nuestro municipio constituye todo un ejemplo de valores que no puede pasar por alto.

 

7) Luis Ángel Ortega León (Mención de Honor a título póstumo, con categoría de Hijo Adoptivo de la Ciudad)

En enero pasado nos dejaba Ángel Ortega León. De manera repentina, ante la sorpresa y el dolor de todos los que lo conocían y lo querían, se marchó un artista de la gubia, pero, sobre todo una gran persona. Un hombre que quiso permanecer entre nosotros, en la ciudad que sintió suya, y en la que descansan sus restos.

Nacido en Sevilla en 1953 en la madrugada del Viernes Santo cuando la Virgen Macarena pasaba por la calle. Ángel bebió de la maestría de su padre, el insigne escultor Luis Ortega Brú. Con él mantendría una identificación muy intensa, siendo el primer defensor de su legado artístico.

Ángel Ortega fue un hombre muy comprometido socialmente, y ello quedó patente durante su etapa de sacerdote en las poblaciones de Getafe, Fuenlabrada y Sevilla, donde abandonaría de manera definitiva el sacerdocio.

Con la clara inclinación a la creación escultórica, siguiendo la escuela de su padre, Ángel trabajó intensamente en distintos talleres, a veces junto a sus primos, también continuadores de dicha escuela. También con ellos vivió momentos difíciles, no ajenos a la procedencia familiar republicana, como a veces recordaba junto a su primo, el escultor Manuel Ángel Ortega. Sin embargo, pudo más el carácter generoso y la valía artística que todos los reveses de la vida.

Gracias a su determinación, San Roque cuenta hoy con un patrimonio de gran importancia referido a Luis Ortega Brú.

A Ángel se le debe que San Roque tenga las únicas salas museísticas dedicadas a un imaginero en Andalucía. No sólo se encargó de dirigir el montaje del museo en base a la generosa donación de Manuel González, también de San Roque y socio de su padre durante la etapa madrileña del genial artista, sino que hizo posible la cesión del conjunto de piezas pertenecientes a la Fundación Luike, que permitió la mejora de los fondos.

Aparte de ello, el escultor restauró piezas de su padre de la importancia de La Piedad o el Cristo de la Buena Muerte, y desarrolló una gran labor de formación entre jóvenes de la localidad, a través de talleres. Asimismo, su valiosa aportación dio esplendor, en 2016, a los actos conmemorativos del nacimiento de Luis Ortega Brú

Hasta tal punto llegó su compromiso con San Roque y la obra de su padre que, finalmente, se estableció en la ciudad.

Ángel Ortega mantenía una colaboración desinteresada con las asociaciones de niños con deficiencias, y parte de su trabajo lo dedicaba a ello. En este sentido, se enclavaba el Proyecto Soñarte, a través del cual enfocaba la escultura como una tarea educativa, fruto de varios años de trabajo con grupos de afectados por daño cerebral leve. Una de sus grandes exposiciones la llevó a cabo en San Roque en 2016, dentro de la programación del centenario del nacimiento de Ortega Brú La muestra “Éxodo, visiones y sueños”, en la que abordaba la abstracción y la escultura como experimento de comunicación, complementada con un audiovisual con música del compositor Francisco Javier Torres Simón

Una trayectoria artística y humana que no puede pasar desapercibida. De manera especial, el Ayuntamiento de San Roque quiere destacar en este acto, el empeño desinteresado de Ángel, al que el Ayuntamiento y el pueblo de San Roque le estará permanentemente agradecido.