de San Roque
Sólo algunos revolcones, y ningún herido es el balance del Toro del Aguardiente 2018 al que asistieron miles de personas, decenas de ellos en el interior del coso de San Roque. El servicio de ambulancia no fue necesario utilizarlo y ni siquiera los contusionados levemente tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios.
Sin embargo, el momento más tenso se dió cuando un mozo quedó enganchado por la soga del Toro del Aguardiente, muy cerca del mismo, y quedando en varias ocasiones a merced de los pitones. Pese a los momentos de angustia, el hombre se alejó por su propio pie tras liberarse de la soga, eso sí, con varios golpes.
El toro “Gavilán”, de la ganadería de Joaquín Núñez, ha sido el encargado el lunes 13 de poner el punto y final a la Feria Real 2018, aunque hay que recordar que el miércoles tendrá lugar la Procesión de la Patrona, Santa María Coronada. El Toro del Aguardiente 2018 salió, como es tradicional, a las 7 horas desde la barriada de la Paz, corriéndose hasta la Plaza de Toros.
“Gavilán”, nacido en diciembre de 2012 y de color castaño claro, bradago y corrido, será el protagonista de la fiesta, que finalizará en un encierro en la Plaza de Toros, donde también se soltarán tres vaquillas, correspondientes a las ganaderías Hermanos Lavi Ortega, Sánchez de Alva y El Torero. Se trata de una actividad organizada por la Delegación Municipal de Fiestas, que dirige el concejal Antonio Navas.
Con esta actividad se cierra la Feria Real 2018, que ha sido organizada por la Delegación Municipal de Fiestas. El responsable de este departamento, Antonio Navas, asistió al Toro del Aguardiente, junto al teniente de alcalde Óscar Ledesma, y otros concejales. Hay que recordar que el epílogo de la fiesta se vivirá el miércoles a partir de las 20 horas, cuando tenga lugar la Misa de la Asunción y la siguiente Procesión de la Patrona.
La fiesta comenzó sobre las 7.00 horas, con el tradicional chupinazo desde la barriada de La Paz (esquina Campo de Fútbol), desde donde “Gavilán” corrió acompañado por numerosos mozos y mozas a lo largo de la calle La Ermita a través de unas empalizadas instaladas por personal municipal de Obras y Servicios, mientras lo conducían tirando de una cuerda los miembros de la Peña del Toro del Aguardiente, para ser finalmente encerrado en la Plaza de Toros, a la que entró por la puerta de caballos. Tras unos minutos en el ruedo, su puesto fue luego ocupado por las tres vaquillas.
Los miembros de la Peña Cultural Toro del Aguardiente, que está presidida por David García Andrades, estuvieron en todo momento velando por la seguridad y respeto hacia el toro y las vacas. Además, se invitó a los participantes a una copita de aguardiente antes de la suelta del animal.
Actualmente, el Toro del Aguardiente constituye un festejo de gran popularidad y atrae a numerosas personas de otros lugares, tanto en el encierro como en la Plaza de Toros, donde se completa el espectáculo.
Se calcula que un centenar de jóvenes “corrieron” al toro desde la barriada de la Paz y más de 5.000 personas se concentraron en la plaza para ver el encierro del Toro del Aguardiente. Los miembros de esta peña se encargan de conducir al animal a la Plaza de Toros tirando de una cuerda, y también de velar por la seguridad de los asistentes durante el encierro, tanto del toro como de las vaquillas que se sueltan a continuación.
El tradicional Toro del Aguardiente es una actividad de la que ya se tienen noticias en el Gibraltar de la Edad Media, aunque las certezas históricas se remontan al siglo XVII.
El antecedente más antiguo de estas fiestas se encuentra en la celebración del “Toro de la Soga”, posteriormente conocido como Toro del Aguardiente, que se remonta a 1649, antes incluso de la fundación de San Roque.
Justo donde hoy se encuentra la parroquia Santa María la Coronada se hallaba la ermita dedicada a este santo. Cada 15 de agosto los gibraltareños se trasladaban a dicho lugar en romería. El festejo más esperado era el de los toros que se ataban a un árbol con una larga cuerda, divirtiéndose con ellos.