de San Roque
Desde este viernes, el fotoperiodista sanroqueño Fernando García Arévalo expone “En lo más ancho del Estrecho”, una selección de los trabajos sobre migraciones irregulares que ha realizado durante los últimos 25 años. La muestra se incluye en el programa “Extraños llamando a la puerta” , de la diputación de Cádiz, que también cuenta con la actividad “Cuentos que migran” a cargo de la Asociación de Mexicanos en Andalucía Ollin, y del taller Arte Contemporáneo y Vida.
En la mañana de hoy, jueves, la teniente de alcalde de Cultura, Dolores Marchena, García Arévalo, representantes de los otros dos proyectos incluidos en “Extraños llamando a la puerta”, así como del diputado de Cultura de la Diputación Provincial, Salvador Puerto, han presentado la propuesta en rueda de prensa. La exposición será inaugurada esta noche, podrá verse hasta el día 26 de julio en la Galería Ortega Brú del Palacio de los Gobernadores. En cuanto a “Cuentos que migran”, correrá a cargo de Nancy Castro, del colectivo de mexicanos migrantes, y será el próximo jueves 12 a las 21.00 horas en el Palacio de los Gobernadores. Finalmente, el taller “Arte contemporáneo y vida” será a cargo de Marina Salvo, y tendrá lugar el jueves 19 de julio a las 21.00 horas en el Palacio de los Gobernadores.
La muestra de García Arévalo está compuesta de textos y fotos, y al igual que el resto del proyecto "Extraños llamando a la puerta" cuenta con el patrocinio de la Diputación Provincial de Cádiz y de la Delegación Municipal de Cultura. Posteriormente se llevará a distintos puntos de la provincia de Cádiz. En la galería municipal podrá verse en el siguiente horario: de lunes a viernes de 11.00 a 14.00, y de 21.30 a 23.30.
En el acto de presentación de la exposición, Marchena se refirió a García Arévalo como “el autor de Taraguilla de esta tan esperada exposición, consistente en los trabajos que ha recopilado durante 25 años, concienciando a la población a través de su trabajo, el fotoperiodismo”.
Saludó también a las dos miembros de los colectivos, Gabriela y Marina, asistentes a la presentación y que “formarán parte este proyecto que removerá conciencias y que espero que desde San Roque se ponga el enfoque a un problema que nos afecta a todos”, comentó Marchena.
Por su parte, Salvador Puerto indicó que “es un auténtico placer estar aquí y colaborar con el Ayuntamiento de San Roque y la delegada de Cultura que pone todas las facilidades para seguir fomentando la cultura en la provincia y traer proyectos interesantes como éste”.
Puerto comentó que al igual que la exposición PlastiHistoria de la Ciencia, que se mostró hace unos días en la misma galería, en esta ocasión hay “un fuerte componente didáctico, y lamentablemente es absolutamente necesario y que nos tocará el corazón porque es un problema de nuestra zona. Se trata de una cultura con mensaje y que intenta remover las conciencias de los que la disfruten”.
Fernando García Arévalo, tras agradecer tanto al Ayuntamiento y a la Diputación de Cádiz la apuesta por este proyecto que les presentó hace algo más de dos años, hizo hincapié en que “hoy es un día triste porque lo que yo expongo en la galería no se debería haber expuesto jamás, porque lo que ahí hay abajo es la derrota absoluta de nuestra civilización: 25 años tratando las migraciones”. El autor señaló que todo comenzó en 1992, cuando ya no vivía en la comarca. Entonces vio una foto de Ildefonso Sena de unas pateras con migrantes dirigiéndose hacia la costa y, estando de vacaciones, decidió que tendría que hacer todo lo posible por retratar este drama en el Estrecho. Luego le impactó mucho lo que posteriormente iba aconteciendo, un sin parar de pateras que van llegando en condiciones extremas. “Siempre he dicho -aclaró- que siendo de la comarca y ver lo que ocurría en mis propias narices, era mi obligación inmortalizarlo. Después de 25 años, hago una selección de 25 historias para que todos tengamos un 'pellizco en la barriga' al ver lo que sigue sucediendo en nuestras costas”.
En el acto también tomó la palabra Gabriela en representación de la Asociación Mexicanos en Andalucía, un colectivo pequeño de inmigrantes que pasaron por este proceso de marcha de su lugar de nacimiento buscando una mejor expectativa de vida. Indicó que no son ajenos al drama de dejar tu tierra y empatizan con todos los que no han tenido su suerte de llegar en un avión y desgraciadamente tienen que hacer largas jornadas de camino por el desierto durante meses.
Por su parte Marina Salvo explicó la actividad paralela a esta exposición, el taller “Arte Contemporáneo y Vida”. Señaló que el arte se usa como herramienta para comunicar una problemática social como es, en este caso, la inmigración. Al funcionar como comunicador principal no requiere de tantos filtros para la expresión, lo que es necesario para que el mensaje llegue a un público mayor.
Fernando García Arévalo, nacido en Taraguilla, comenzó con esta labor en septiembre de 1992. Tras mes y medio de guardia en las playas de Tarifa captó las que hoy se consideran primeras fotografías de migrantes irregulares cruzando el Mediterráneo. De valor periodístico irrefutable, aquellas imágenes dieron la vuelta al mundo.
Arévalo intuyo, tras ser testigo de cómo aquel grupo de personas se jugaba la vida en una patera intentando cruzar el Estrecho, que esa travesía significaba el preludio de algo importante que venía para quedarse y que cambiaría la percepción que hasta entonces se tenía sobre las migraciones humanas. El tiempo, por desgracia, ha dado la razón al fotógrafo.
Durante todos estos años, García Arévalo ha trabajado sobre el tema en diferentes países y desde enfoques distintos. Para ello ha pateado lugares de origen, de paso y de llegada; ha entrevistado a migrantes de todo tipo, a sus familias y a mafiosos que controlan fronteras y flujos humanos irregulares; ha indagado sobre las condiciones de vida y de trabajo de los inmigrantes en suelo europeo; ha sido testigo de entierros, se saltos de valla, de vida inhumana en bosques donde los migrantes pasan meses escondidos,… La lista de experiencias sobre el tema puede ser eterna.
Una parte ínfima de todo esto se podrá ver resumido en 25 historias, plasmadas desde un fotoperiodismo pausado, puro, objetivo y, en muchos casos, nada explícito. El autor apuesta por imágenes simbólicas e icónicas, que invitan al receptor a una nueva percepción y reflexión, más necesaria que nunca, motivada en gran medida por el maremágnum de imágenes e información de todo tipo que según el propio García Arévalo “a diario nos meten en vena y que nos está volviendo insensibles por sobredosis”.
Las historias van acompañadas a su vez de textos muy personales: “informativos, siempre; duros, muchos; poéticos, algunos; veraces, todos”.