de San Roque
El ex ministro de Exteriores socialista Miguel Ángel Moratinos ha defendido hoy, lunes, en San Roque la reanudación del diálogo para avanzar en la cooperación con Gibraltar partiendo de los acuerdos de Córdoba de 2006, sin que por ello España deba renunciar a su reivindicación de soberanía del Peñón. En este sentido, esbozó algunas soluciones novedosas, como una policía conjunta para combatir el narcotráfico en la Bahía. Moratinos ofreció una conferencia-coloquio en San Roque Club, en un acto organizado por el Ayuntamiento de San Roque, la Diputación de Cádiz y el Gobierno de Gibraltar.
La conferencia del diplomático, ex ministro y ex diputado socialista tenía por título “Dimensión estratégica y cooperación: Campo de Gibraltar/Gibraltar”. En la mesa presidencial se sentaban, además de Moratinos, el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, la presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo. El público estaba compuesto por unas 300 personas, entre los que se incluían los alcaldes de La Línea (Juan Franco) y Jimena (Pascual Collado), diversas autoridades campogibraltareñas y de Gibraltar, agentes sociales de la comarca y numerosos periodistas acreditados para cubrir el acto.
Tras unos discursos de presentación a cargo de Ruiz Boix, García y Picardo, Moratinos comenzó su intervención ironizando sobre la ventaja de no ser ya ministro, porque “tenía menos audiencia entonces”. También señaló que “este acto será reflejado mañana como un acto de deslealtad institucional”, aunque recalcó que “la única manera” de encontrar soluciones “a un contencioso que dura 300 largos años” es mediante el diálogo, para “construyendo juntos, encontrar un futuro mejor para los ciudadanos” de ambos lados de la Verja.
Explicó que en el despacho del Palacio de Santa Cruz (sede del Ministerio de Exteriores) cuelga una pintura del siglo XVII donde se ve la Bahía de Algeciras y Gibraltar, por lo que “el espíritu de Castiella se apodera del nuevo ministro”, en referencia al ministro franquista “que no tenía otro cometido” precisamente que este contencioso. “Uno siente el peso de la historia -apuntó-, porque ésta es una de las cuestiones permanentes de la política exterior española”.
A continuación, Moratinos hizo un recorrido histórico sobre la cuestión gibraltareña partiendo del Tratado de Utrech de 1713, que establece “la cesión para siempre de Gibraltar” a la Corona Británica, así como la condición de que España “tendrá la primera opción” en el caso de que el Reino Unido decida “enajenar la propiedad” del Peñón. Apuntó que tras los fracasos militares españoles por recuperar Gibraltar en el siglo XVIII, “en el siglo XIX no hay documentación que defienda la soberanía española” de ese territorio.
No sería hasta la creación de las Naciones Unidas tras la II Guerra Mundial cuando vuelva a plantearse el asunto a raíz del proceso de descolonización, si bien hasta 1964 no aprueba la diplomacia española una resolución de consenso en la que se acepta que Reino Unido y España entablen una negociación bilateral sobre el futuro del territorio, teniendo en cuenta los intereses de los gibraltareños. Sin embargo, entre 1969 y 1982 se procedió al cierre de la Verja, lo que frenó todo posible diálogo, situación que se empezó a desbloquear en 1980 gracias a un “cambio de perspectiva” por parte del ex ministro de UCD Marcelino Oreja.
Explicó el ex ministro socialista que España tuvo una gran ocasión de “solucionar el contencioso” cuando ingresó en la OTAN y en la Unión Europea. Pero si bien ni Oreja ni su sucesor socialista Fernando Morán lo pudieron conseguir, sí “añadieron una nueva manera de avanzar en la negociación”.
También recordó que entre los años 2000 y 2002, el ministro del PP Josep Piqué y su homólogo británico Jack Straw intentaron una nueva negociación, partiendo del hecho que el mismo Gobierno del Reino Unido consideraba que “el status quo era insostenible y anacrónico”. De hecho, “casi acuerdan la cosoberanía”, “un esfuerzo creativo que no logró cuajar” por diversas cuestiones, entre otras por la oposición de los gibraltareños.
Cuando tomó las riendas de Exteriores, en 2004, “no había un marco negociador. Había fracasado la cosoberanía” y se amontonaban los problemas, como las visitas de los submarinos nucleares, las escalas de los cruceros y la visita de la Princesa Ana. A pesar de ello, “busqué una nueva opción”, basada en “preservar lo que se había logrado y construir una relación futura”.
Se marcó tres objetivos: lograr la recuperación de la soberanía española del Peñón; obtener el mejor desarrollo posible de los intereses y la situación de los españoles campogibraltareños; y tomar en consideración los intereses de los ciudadanos gibraltareños para buscar la cooperación y crear una atmósfera de confianza.
De ahí surgieron los acuerdos de Córdoba y Foro Tripartito, donde Gibraltar tenía voz pero no derecho al veto. De hecho, el mismo Gobierno de Gibraltar suscribió entonces un documento por el que “entiende y acepta que las referencias a la soberanía son bilaterales entre España y Gran Bretaña”. “¿Dónde -se preguntó- está la concesión de Moratinos en el Foro Tripartito?”. Consideró que en este asunto se ha dado “mucha malinterpretación, mucha utilización de los medios para descalificar y poco conocimiento del fondo y de la forma” de los acuerdos.
Indicó que “hubo conversaciones informales con el Foreing Office (Ministerio de Exteriores británico)” y mostró un documento en el que el Gobierno del Reino Unido acepta que “la independencia de Gibraltar no será una opción sin el consentimiento de España”. Y también dijo que “queríamos celebrar los 300 años del Tratado de Utrech (en 2013) con un acuerdo final entre España, Reino Unido y Gibraltar”.
En cuanto al futuro, Moratinos señaló que “el mundo está cambiando” y que esta zona será el punto “más importante en el flujo económico y comercial entre Europa y África”. Para afrontar ese futuro, explicó, hay que “ser capaces de plantear nuevas ideas”.
La primera que esbozó fue la relativa a la seguridad. Indicó que estas aguas en conflicto “permiten escapar a los narcotraficantes, porque en lugar de disparar a los malos, los policías de ambos lados se disparan entre sí. No se puede crear una policía conjunta española y gibraltareña, pero sí pueden patrullar policías británicos en las playas de Mallorca. Ya veremos a quién pertenecen las aguas, pero ahora se están dando todas las facilidades a los delincuentes”.
También dijo que “en vez de ir a Bruselas a acusarnos mutuamente, tendríamos que ir a pedir inversiones en infraestructuras, en tecnología y en la preservación del medio ambiente”. Además, defendió la creación de “un grupo de trabajo con Marruecos” para abordar distintas cuestiones, entre las que citó la medioambiental. Ante el aumento del tráfico de barcos por la ampliación del Canal de Suez, se preguntó si “estamos preparados para luchar contra un vertido” de un petrolero.
Por todo ello, defendió la creación de “una nueva dinámica de diálogo y cooperación”, aunque “no estaremos de acuerdo en muchos puntos”. “Soy optimista. Sea quienes sean los que gobiernen, habrá acuerdos de cooperación”. Y finalizó su discurso apuntando que “mi sueño es de un Gibraltar español aceptado por los gibraltareños”.
A continuación, el alcalde sanroqueño trasladó algunas preguntas que habían sido formuladas por los asistentes. En relación a los problemas para el tránsito de personas, explicó que “hace falta poner en ejecución los Acuerdos de Córdoba que tenían un apartado clarísimo sobre el tránsito frontera/Verja. Hay que controlar el contrabando y permitir el orden público, pero se puede facilitar el tránsito de ciudadanos”. En esta cuestión, Picardo apuntó que “la tecnología lo permite. Gibraltar lo hace en el aeropuerto sin requerir el paso por una máquina”.
En cuanto a las aguas territoriales, apuntó que “las aguas son españolas. Pero lo importante es cómo se puede navegar y reprimir su uso negativo”. También negó paralelismos entre estas cuestiones y la situación en Cataluña, y finalizó señalando que “los tratados internacionales” dejan claro que las negociaciones en el contencioso de Gibraltar tienen como principales protagonistas a los gobiernos español y británico, “si bien en algún momento del proceso hay que contar con la voluntad de los gibraltareños. Si hay voluntad política, se pueden superar las trabas”, finalizó.
Previamente al ex ministro, el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, fue el primero en intervenir, pronunciando un discurso que reproducimos a continuación:
“Los que nos dedicamos a la política tenemos que tener como primera prioridad el bienestar y la defensa de los ciudadanos a los que nos debemos, y para ello debemos hacer todo lo posible y todo lo que esté en nuestra mano para conseguirlo.
El diálogo, la cooperación y la consecución de acuerdos con otras administraciones, empresas o colectivos son vitales para lograr esos objetivos. Nuestra mente debe estar siempre abierta, y pensar siempre más en sumar que en restar. Más en el diálogo que en la pelea. Más en saber escuchar que en tratar de imponer.
Por eso, soy un firme defensor de escuchar lo que los ciudadanos le piden a este alcalde, de ponerme en su pellejo y de intentar darle una solución con las herramientas con las que dispongo.
Y una de las cosas que más me solicitan mis vecinos es trabajo y eso es lo que fundamentalmente busco cada día.
Además, como socialista, creo que el diálogo es la mejor manera de avanzar, de conseguir cosas, de progresar.
Y estamos en una zona en la que es patente la falta de trabajo, pero también en muchos casos es patente la falta de diálogo.
Gibraltar, históricamente, ha sido creador de riqueza y trabajo para nuestros ciudadanos, y también ha habido algunos que se empeñan en no querer dialogar, en elegir el camino difícil, el de la confrontación.
En esta misma línea de diálogo se suman también colectivos sociales de ambos lados de la verja, como son al Grupo Transfronterizo, compuesto por: las asociaciones de la pequeña y mediana empresa de La Línea y Gibraltar; Apymell y GFSB; la Cámara de Comercio de Gibraltar; El Sindicato de Profesores de Gibraltar; Nasuwt; los sindicatos Unite, CCOO y UGT; Ascteg, la asociación de trabajadores españoles de Gibraltar; así como a Trabajadores Fronterizos y Frontera Humanitaria; Alternativas; el Consejo Social de la Universidad de Cádiz; el Departamento de Derecho Internacional de la Universidad de Cádiz; Mar del Sur y la Universidad de Gibraltar.
Tengo la suerte hoy de estar acompañado en esta mesa de tres personas que sí creen en el diálogo. Que sí creen que hay que buscar puntos de unión, más que encontrar los puntos de enfrentamiento.
Comparto con ellos el objetivo de la cooperación como herramienta para conseguir el progreso de los pueblos.
Mi compañera Irene García demuestra públicamente, con su presencia hoy aquí, su decidida apuesta por el diálogo entre los pueblos y el entendimiento de las personas.
Y Fabian Picardo, desde su primera visita a nuestra ciudad al poco de tomar posesión ya tuvimos la oportunidad de compartir opiniones, demuestra que las personas, lo ciudadanos de ambos lados de la verja están antes que cualquier otra cuestión, porque Picardo cree en esa relación de los habitantes de la zona, más allá de nacionalidades o lugares de nacimiento.
El ex ministro Miguel Angel Moratinos es uno de los políticos de nuestra historia reciente que mejor ha sabido comprender la situación de esta zona. Es uno de los que más apostó por el diálogo y por llegar a acuerdos para el beneficio de los ciudadanos de a pie.
Durante el tiempo que estuvo al frente de la cartera de exteriores del gobierno de la nación, Miguel Angel Moratinos supo comprender a los ciudadanos de ambos lados de la verja, escuchar lo que pensaban y ponerse en su piel.
Haciendo un ejercicio de empatía, llegó a acuerdos para el beneficio de los ciudadanos. Lástima que los que le han sucedido no hayan tenido los mismos objetivos de diálogo y de progreso y no hayan implementado los acuerdos que se firmaron.
Pero Moratinos pasará a la historia como el ministro de Exteriores más dialogante en lo que se conoce como el contencioso con Gibraltar, y lo que se avanzó en esa etapa, hasta su histórica visita al Peñón en 2009, nos debe ayudar a plantearnos ambos, gibraltareños y campogibraltareños, que debemos llevarnos bien con nuestros vecinos e invertir nuestras energías en solucionar problemas más que en crearlos, en buscar el bienestar de nuestro ciudadanos, en acabar con atisbos de enfrentamientos que no conducen a nada.
Quiero dar las gracias a todos los que han puesto su granito de arena para que esta conferencia se pueda celebrar y podamos escuchar las opiniones de una persona entendida en las relaciones internacionales, conocedora de la política sobre Gibraltar y que en la práctica ha sido uno de los mayores impulsores del diálogo y la cooperación. Gracias por estar aquí”.
A continuación tomó la palabra la presidenta de la Diputación Provincial, quien destacó que éste era su primer acto oficial en el Campo de Gibraltar desde que accedió al cargo. Irene García calificó a Moratinos como “una de las personas más brillantes de la diplomacia española de los últimos años”, e hizo especial énfasis en la necesidad de encontrar soluciones para reducir el paro en el Campo de Gibraltar, teniendo en cuenta que Algeciras y La Línea encabezan la lista de ciudades con mayor desempleo de España y que en La Línea hay “miles de hogares que padecen dificultades todos los días”.
“Estamos aquí para hacer las cosas mucho más fáciles -continuó-, y para que no se exporten los jóvenes de esta tierra”. “Las controversias no hacen que los empresarios tengan seguridad para instalarse”, apuntó. Por ello, instó a que los responsables políticos “escuchemos a la gente del Campo de Gibraltar, a aquellos que cruzan diariamente la frontera”, así como “apartar la oratoria rancia par utilizar el lenguaje llano de todos los ciudadanos”.
Por su parte, en su intervención Fabian Picardo dijo que “no es un secreto que Moratinos y yo tengamos importantes desacuerdos, especialmente sobre soberanía”. Pero no dejó por ello de alabar su “honesta disposición para trabajar por un futuro mejor”, sobre todo teniendo en cuenta que “nuestras diferencias no quitan todas esas cosas que tenemos en común”.
El ministro principal de Gibraltar dijo que su gobierno quiere “renegociar” algunos de los puntos de los Acuerdos de Córdoba, pero no derogarlos ni romper el foro de diálogo. De hecho, “nos hubiera gustado avanzar” en cuestiones como educación o financieras. También recordó que el informe de la Cámara de Comercio de Gibraltar del pasado mes de febrero “presenta unos resultados que nos deben animar a más acuerdos y cooperación”, por lo que “seguiremos apostando porque se reúna de nuevo el Foro Tripartito”.
Miguel Ángel Moratinos (Madrid, 1951) es un político y diplomático español, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España entre 2004 y 2010, y antiguo representante de la Unión Europea para el proceso de paz árabe-israelí entre 1996 y 2003. Moratinos es miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y fue diputado socialista por Córdoba desde 2004 hasta 2011. Moratinos formó parte del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y se mantuvo al frente de la cartera de Exteriores y Cooperación hasta su salida del mismo el 21 de octubre de 2010, cuando fue sustituido en el cargo por Trinidad Jiménez. Ha sido embajador de España en Yugoslavia, Marruecos e Israel.