de San Roque
La pista anexa al Polideportivo Municipal Los Olivillos ha acogido en la mañana de hoy, sábado, una prueba de Perro Urbano, en la que han participado varios canes con sus dueños. Organizada por la Asociación para la Formación y Estudio de Perros de Utilidad (AFEPU) con la colaboración de la Delegación Municipal de Salud, el objetivo último de esta iniciativa era concienciar a los propietarios de estos animales de la necesidad de educarlos para convivir en sociedad.
Esta prueba forma parte de un programa de la Asociación de Adiestradores Profesionales Caninos de Andalucía (APCA), y la inscripción era gratuita. La concejal delegada de Salud, Ana María Rojas, asistió al acto y pudo comprobar como se desarrollaba la prueba. Comentó que “resulta muy gratificante ver cómo los dueños de los perros están cada vez más concienciados de la importancia de adiestrar a sus animales en una serie de cuestiones básicas para la vida en ciudad. Esta prueba es buena muestra de ello, y estoy muy contenta de que se haya organizado en nuestro municipio contando con el aval de los expertos de AFEPU”.
Los requisitos eran los siguientes: todos los perros participantes debían llevar su cartilla sanitaria en regla; además, un collar y una correa de al menos un metro y medio. Asimismo, los perros considerados potencialmente peligrosos estaban obligados a ir provistos de un bozal. La inscripción y participación era totalmente gratuita. Los perros fueron examinados por un juez oficial, y los que obtuvieron el aprobado han sido inscritos en el registro de Perros Urbanos de la APCA, mientras que sus propietarios obtuvieron un certificado oficial.
El objetivo de esta prueba de Perro Urbano es enseñar a los propietarios de los canes a ser dueños responsables, así como certificar que los animales poseen la educación y el comportamiento social adecuado para vivir en ciudad. El programa se dirige tanto a perros de raza como a sus cruces y mestizajes, y no se requiere que los animales realicen los distintos retos que se les presentan con la misma precisión y formulismo que se pide en las competiciones deportivas.
La prueba de aptitud consiste en andar junto al guía sin tirar de la correa por un periodo de un minuto, con cambios de dirección, ritmos y tres paradas indicadas por el juez, en las que el amo indica a su perro que debe sentarse. Además, en posición de echado, el animal debe permanecer un minuto quieto con su dueño ausente. Y, finalmente, estando suelto debe acudir a la llamada.
Durante la prueba el juez observa el comportamiento del perro con personas, con otros animales y ante una acción sorpresiva (abrir un paraguas, un fuerte ruido...).