de San Roque
El Museo Municipal de San Roque organiza la exposición “Los Aromas del Mar” este sábado para celebrar el Día Internacional de los Museos. Se trata de rescatar olores de productos que se generaban en la Bética romana y que se exportaban desde Carteia a todo el mundo romano, como el garum, el vino mulsum o el aceite aromatizado con garum.
La muestra “Los Aromas del Mar” podrá visitarse el sábado 18 de manera gratuita en el Museo Carteia (calle San Felipe) entre las 10.00 y las 14.00, y de 17.00 a 20.00 horas. El Museo Municipal de San Roque forma parte de la Delegación Municipal de Cultura, que encabeza la teniente de alcalde Dolores Marchena.
La exposición toma como argumento de partida el embarcadero comercial excavado en Villa Victoria (Puente Mayorga), que formaba parte del barrio alfarero de la Carteia romana. Allí se han encontrado numerosas ánforas en las que se almacenaban para su exportación el garum, el vino mulsum o el aceite aromatizado con garum, productos propios de las ciudades del Círculo del Estrecho (como Carteia, Gades o Tingis). Por lo tanto, los visitantes podrán percibir estos aromas olvidados como una manera de acceder sensorialmente a la vida cotidiana del imperio romano, donde estos productos eran muy apreciados.
En “Los Aromas del Mar” se cuenta que los fenicios, griegos y romanos han utilizado al Mediterráneo como vía marítima de comunicación y comercio, realizando continuas aportaciones tecnológicas y transformación de los alimentos, con el fin de adaptarlos a las severas condiciones del tráfico marítimo.
El mulsum (a veces denominado posteriormente clarea o aloja) fue un vino típico no sólo del Imperio romano sino también de épocas posteriores, particularmente entre los visigodos. La única receta que se tiene hoy en día para la elaboración de este vino condimentado procede del romano y gaditano Columella, en la que el mosto y la miel fermentan juntos.
El garum es una salsa preparada con vísceras fermentadas de pescado que era muy apreciada en la Antigua Roma. Los romanos lo emplearon de forma semejante a como hoy en día utilizan las cocinas asiáticas la salsa de soja: en lugar de verter unos granos de sal sobre la comida, se ayudaban de este producto para proporcionar un sabor salado a los alimentos.