de San Roque
“Clarabollo”, de la ganadería de Ana Romero, ha protagonizado a primera hora de hoy, lunes, la fiesta del Toro del Aguardiente, con la que se ha puesto punto y final a la Feria Real 2013. Aunque “Clarabollo” no se prodigó a la hora de embestir, sí fue bastante efectivo en sus arranques, de manera que fueron varios los revolcones, pisotones y coces.
Hubo que trasladar a un mozo al hospital debido a que la fuerza del golpe que recibió al ser volteado le produjo amnesia, mientras que otro joven se negó a ser llevado al centro médico a pesar de que los médicos se lo recomendaron por las contusiones en espalda y cuello. El Toro del Aguardiente comenzó a las 7.00 horas, con la salida del animal de los chiqueros instalados en la Barriada de La Paz (junto al campo de fútbol). Numerosos mozos acompañaron a “Clarabollo” en su subida, si bien a la hora de guiar al animal fue de nuevo indispensable la labor de los miembros de la Peña Cultural “Toro del Aguardiente”, cuyos socios también hicieron un gran trabajo en la arena de la plaza, contando con la colaboración de la Peña del Toro Embolado de Los Barrios. Nacido a finales de diciembre de 2007, “Clarabollo” fue el protagonista de la fiesta junto a las vaquillas que se soltaron en el ruedo tras el toro. Las vaquillas, de la ganadería de San Miguel, se llaman “Sobrehielo” (121), “Aceitunera” (129) y “Condesa” (378). Por su parte, “Clarabollo”, que pesa 540 kilos, está marcado en el costillar con el número 40. Muchos de los participantes de la fiesta venían de pasar una noche larga en el recinto ferial, si bien a medianoche se vivió uno de los momentos más especiales en la Alameda, cuando se lanzaron los tradicionales fuegos artificiales. La Feria Real de San Roque 2013 comenzó el pasado martes, cuando tuvo lugar la coronación de sus reinas infantil y juvenil, Lucía Castillo y Rocío Mateos, respectivamente. El Toro del Aguardiente es una fiesta organizada por la Delegación Municipal de Fiestas, que cuenta con la inestimable colaboración y pericia de los socios de la Peña Cultural Toro del Aguardiente, que se encargan de conducir al animal hasta la plaza y de velar que no sea sometido a vejaciones. Además, la Delegación de Obras y Servicios se ha encargado de montar la empalizada que flanqueaba el camino que tomó el toro. Una vez acabada la fiesta comenzó el desmontaje de dichas barreras a cargo de personal de la citada delegación. El tradicional Toro del Aguardiente es una actividad de la que ya se tienen noticias en el Gibraltar de la Edad Media, aunque las certezas históricas se remontan al siglo XVII. El antecedente más antiguo de estas fiestas se encuentra en la celebración del “Toro de la Soga”, posteriormente conocido como Toro del Aguardiente, que se remonta a 1649, antes incluso de la fundación de San Roque. Justo donde hoy se encuentra la parroquia Santa María la Coronada se hallaba la ermita dedicada a este santo. Cada 16 de agosto los gibraltareños se trasladaban a dicho lugar en romería. El festejo más esperado era el de los toros que se ataban a un árbol con una larga cuerda, divirtiéndose con ellos. Actualmente, el “Toro del Aguardiente” constituye un festejo de gran popularidad y atrae a numerosas personas de otros lugares, tanto en la carrera como los minutos en la Plaza de Toros, donde se completa el espectáculo.