de San Roque
La actividad “Insane House Escape Room” finalizó en la tarde noche de ayer, sábado, en la Plaza de Toros después de tres jornadas haciendo disfrutar del terror a unos 25 grupos de seis personas, en total alrededor de 150 amantes de las emociones fuertes. Se trataba de una iniciativa de la Delegación Municipal de Juventud, que encabeza el edil David Ramos, con la producción de la empresa Social Hobbies Events.
La primera sesión tuvo lugar el pasado jueves en el Vivero de Empresas de Pueblo Nuevo, mientras que el viernes y el sábado se celebró en la Plaza de Toros, principalmente en la Sala El Desolladero. Las tres citas habían completado desde hace más de una semana las plazas disponibles, ya que se ha tenido que limitar el aforo al máximo para respetar las medidas anti-covid.
El objetivo era resolver una serie de juegos para salir de una sala ambientada como un laboratorio de virus en estado de caos, contando sólo de 25 minutos para lograrlo. Hay que subrayar que en todo momento se guardaron las preceptivas medidas sanitarias para evitar contagios, como toma de temperatura, uso de mascarillas, limpieza de manos y desinfección de la sala tras cada pase.
La historia desarrolla la idea de que se ha descubierto en la Antártida un nuevo material, llamado hielo rojo, que contiene un virus denominado Astaroth. Durante la manipulación de este hielo rojo en un laboratorio, el virus empieza a infectar a los científicos, convirtiéndolos en seres bastante peligrosos, de manera que son necesarias nuevas remesas de científicos (los participantes en el juego) para encontrar el antídoto, que se ha perdido.
En la actividad “Insane House Escape Room” podían participar personas a partir de los diez años, pero los menores de edad debían ir acompañados de un adulto autorizado. La experiencia era distinta dependiendo de la edad de los participantes. Se trata de un juego interactivo de 25 minutos de duración, para grupos de cinco o seis personas.
“Insane House Escape Room” se compone de juegos mentales y de habilidad, principalmente, por lo que los participantes tendrán que recurrir constantemente a la capacidad de observación, análisis y deducción. Todo lo necesario para escapar de la sala se encuentra en su interior, así que para lograrlo es necesario el trabajo en equipo y mantener una buena comunicación con los otros jugadores. Es una actividad recomendada para todos los públicos.
Los participantes son encerrados en una sala, y el objetivo es salir antes del tiempo límite de 25 minutos. Para lograrlo habrá que resolver una serie de puzzles, acertijos y minijuegos, así como encontrar objetos escondidos y descifrar códigos. La información que vayan encontrando les permitirá abrir candados y cerraduras para avanzar en la historia y conseguir escapar de la habitación.
En todo caso no era necesaria la fuerza física para mover los objetos, ni tampoco trepar o subirse a los muebles o a otros participantes. Cada clave tenía un solo uso, de manera que así se descartaban puzzles ya resueltos y se evita perder el tiempo. Había objetos marcados con pegatinas que indicaban que no se podían tocar ni manipular, aunque en muchas ocasiones son importantes por la información que aportan.
Se juega contra reloj, por lo que se marca el tiempo límite para escapar de la sala en 25 minutos. Siempre habría un actor acompañando a los participantes, al que se podían pedir pistas. No se permitían cámaras ni teléfonos móviles.