Este fin de semana se intensificará en los colegios la labor de erradicación de la oruga procesionaria

El concejal de Salud y Medio Ambiente, Juan Serván, ha explicado que “se ha planificado este trabajo de manera que se moleste lo menos posible a los estudiantes. Por eso, en horario de mañana se retiran los bolsones y luego se fumiga en las calles y plazas, como se hizo a las 6 de la mañana en la Alameda Alfonso XI para perjudicar al mínimo a los comercios de la zona”.

“Por la tarde -continuó- y en el fin de semana se trabaja en los colegios, cuando no están los alumnos. Plagasur espera terminar todos los centros educativos este mismo fin de semana, aunque dependerá de la cantidad de bolsones que se encuentre. Es un trabajo bastante complicado, porque sólo en San Roque Casco se han retirado entre mil y 1.500 bolsones”.

“En todo caso -añadió el edil-, si queda algún colegio por hacer se irá en las tardes de la semana próxima. Comprendemos que los padres y madres estén preocupados ante la aparición de las orugas, pero el trabajo hay que hacerlo bien y ello requiere su tiempo. Y no se puede estar en todos los puntos del municipio a la vez”.

“Una vez más -apuntó- hacemos un llamamiento a vecinos y a responsables de los centros educativos, a que si una vez hecho este trabajo detectan que queda algún bolsón o ven alguna oruga, no duden en llamarnos a la Delegación de Salud, porque daremos aviso a la empresa adjudicataria”, concluyó Serván.

Por su parte, la concejal delegada de Educación, Belén Jiménez, indicó que “estamos coordinados con Salud y con la empresa Plagasur para que este trabajo sea lo más efectivo posible. Todos queremos acabar con esta plaga, y en los últimos años se ha hecho un trabajo muy importante para minimizar sus efectos. Pero seguimos teniendo muchos pinos afectados, y gran parte de ellos se encuentran en los colegios”.

“En este caso -dijo la edil- nos encontramos con el problema de que no se pueden retirar los bolsones ni fumigar en horario lectivo, ya que se podría afectar a muchos alumnos. Por eso se trabaja en ellos por las tardes y en el fin de semana. Esperamos que el lunes nuestros niños vuelvan a clase y no haya ningún riesgo”, concluyó.

La oruga procesionaria no sólo daña a los pinos, sino que su cuerpo está cubierto por unos filamentos urticantes que afectan a la piel humana tanto por el contacto directo con el animal como al desprenderse del insecto y ser diseminados por el viento. En varias ocasiones las irritaciones han persistido incluso después de acabar con las orugas, porque sus cerdas seguían flotando en el aire.

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