El tratamiento farmacológico para enfermos mentales, a debate en el Curso de Verano

El ponente ha tratado en su conferencia el abordaje con medicamentos de un problema que muchas veces es un problema médico relacionado con una enfermedad mental y, en otras ocasiones, no está relacionado.

“La agresividad y la violencia no siempre, quizá en el menor número de veces, es derivado de un problema mental. Hemos expuesto cuales son los medicamentos que tienen una actividad antiagresiva, medicamentos como la fluoxetina o antiepilépticos, que son antiagresivos” ha señalado Ignacio.

“Se han expuesto aquellas enfermedades mentales que se caracterizan por la agresividad y la impulsividad y otras enfermedades que, aunque tienen un componente agresivo, no es lo característico. Se trata -prosiguió- de enfermedades como la personalidad antisocial o el psicópata dentro de la clasificación de enfermedades mentales, que están caracterizadas por la agresividad e impulsividad. Pero existen otras enfermedades que cursan, entre otros síntomas la agresividad, como un enfermo esquizofrénico que no tiene que ser un asesino, ni lo es normalmente, pero puede cursar episodios de agresividad” ha indicado el ponente.

Ignacio ha destacado que “el propio tratamiento de la enfermedad mejora y previene esa complicación. Aunque existen otros problemas que son más difíciles de abordar, como el psicópata o el enfermo antisocial para los que hay medicamentos antiagresivos que pueden ayudar, pero es que en la mayoría de los casos ni ellos mismos quieren ser ayudados”, finalizó.

En esta misma conferencia también se ha abordado con un apartado específico el tratamiento de la violencia sexual.

La ponencia “Los criterios del tribunal supremo en materia de enfermedad mental” impartida por el licenciado en derecho y abogado penalista, J. M. Jareño, han puesto el punto final al seminario.