de San Roque
La octava edición del Festival San Roque Suena, que organiza la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de San Roque, comenzó en la noche de este viernes en la Plaza Espartero. Las bandas locales “Los Mammys Daddys” y “Los Desbarajustes” ofrecieron mucho rock de décadas pasadas al público asistente, mientras que los albaceteños “Rockola Circus” desgranaron grandes canciones de los 80 y los 90.
El VIII Festival San Roque Suena se desarrolla este fin de semana y el próximo, y las dos actuaciones pendientes, esta noche y el viernes 10, tendrán lugar en el Teatro Juan Luis Galiardo. Entre el público asistente anoche en la Plaza de Espartero a la primera sesión del festival se contaba la teniente de alcalde delegada de Cultura, Ana Ruiz.
En cuanto a las bandas que sonaron este viernes, abrió fuego la veterana formación de “Los Mammys Daddys”, quienes interpretaron versiones de temas de beat y de rock de los años 60 además de temas propios de su larga carrera. Les siguieron “Los Desbarajustes”, quienes se centraron en canciones de rock español de los años 70 y 80, principalmente. Cerraron la noche “Rockola Circus”, una banda de Albacete de gran calidad que interpreta grandes éxitos de los 80 y los 90.
En cuanto a la actuación de esta noche, a las 20.00 horas en el Teatro Juan Luis Galiardo, se trata de la formación Ad Libitum Aeternam, que ofrecerá el programa “Lo que el viento nos dejó”. La entrada es gratuita. Ad Libitum Aeternam es un equipo de músicos profesionales de instrumentos de viento que se juntan para disfrutar de su pasión y ofrecer una actuación elegante, fresca, original y llena de energía. Pueden actuar en diversos formatos.
Por último, el viernes 10 de noviembre, el Teatro Juan Luis Galiardo acogerá desde las 20 horas el recital de piano flamenco de Dorantes, titulado “Identidad”. El precio de las entradas es de 10 euros y pueden adquirirse a través de la plataforma http://giglon.com.
A Dorantes (Lebrija, Sevilla, 1969), conocido como “La joya del piano flamenco”, no se le puede homologar musicalmente con facilidad. Pertenece al mundo flamenco por cuna y vivencias, pero sus creaciones son absolutamente personales. No tiene nada que ver con los experimentos de fusión más habituales.
Ha dotado al piano de una enriquecedora dimensión, es un virtuoso instrumentista que denota su paso por el conservatorio y, además, suena jondo de verdad. El contacto de Dorantes con los teclados fue una coincidencia: en casa de su abuela paterna, La Perrata, había un piano, y él empezó a tocarlo de chiquillo.