de San Roque
Este miércoles 29 de mayo, el salón de actos de la Biblioteca de San Roque acogerá la presentación del libro “Dieciséis cuentos imposibles y una verdad incómoda”, de Santiago Serrano Martínez-Risco, editado por Círculo rojo editorial. El acto tendrá lugar desde las 19 horas y será presidio por el edil Fernando Vega.
A Santiago Serrano Martínez-Risco, abogado afincado en la comarca, su afición por la literatura, surgió de la auténtica obsesión de su padre por ella, sobre todo inglesa, que como profesor de lengua inglesa diseccionaba con mucho tino y sobre todo, por su abuelo, Vicente Risco.
Estos cuentos del libro, “no son sino el resultado de toda una amalgama de lecturas atribuladas e iconoclastas, de todo género y condición, olvidadas y cosidas por la luz hiriente del Sur y la niebla perpetua del Noroeste”.
Están escritos “ratos perdidos que robo a mi condición de abogado y me liberan de demandas, denuncias, atestados, sentencias y demás prosa jurídica que me hace sangrar por los ojos”, indica el autor.
“No están hilados, se regodean de su carácter caótico y desordenado; están escogidos sin razón alguna y más allá de ella, de entre las numerosas historias que necesito arrojar y arrojo con frecuencia, porque actúan como un bálsamo que me cura las heridas”, señaló.
“Creo que esperan, con la lógica desazón del novicio, ser masticados y deglutidos con la misma calma que a mí me han proporcionado. Se leen de izquierda a derecha, de arriba abajo, pueden dejarse sobre la mesita de noche para leerlos antes de dormir, ordenada o desordenadamente, o incluso hacerlo en mitad de tus sueños, y son buenos también para calzar las mesas de esos bares que me gustan porque tienen al menos una mesa renqueante”reflexiona el autor.
El autor nacía el 17 de enero de 1965. Por casualidad, nació en Córdoba, de donde es su padre y toda su familia paterna, aunque en esos momentos sus padres residían en Huelva, donde eran profesores de inglés en un Instituto. Pero, al poco de nacer, la familia se trasladó a Granada porque su padre aprobó las oposiciones de Filología Inglesa.
Mientras su madre, gallega de Orense, se trasladó, también como profesora de Inglés, al Instituto Ángel Ganivet de Granada, donde estaría hasta su jubilación. Por tanto, sus primeros pasos los dio en Granada, con alguna estancia en Inglaterra, en concreto en Manchester, dónde su padre estuvo terminando su tesis doctoral. Se educó en un colegio Público, el Barrio Figares de Granada. Pasó al Instituto Experimental Padre Man-jón, de Granada, (como en esos momentos se llamaba) en donde ciertamente los pedagogos experimentaban con todos la última de sus ocurrencias educativas.
Pasó por la facultad de Derecho Granada sin pena, ni gloria, asistiendo a algunas clases y aprobando todas las asignaturas, algunas incluso con matrícula, de una forma pasmosa para él. En 1993 se casa y se marcha con su esposa a Campillos donde esta trabaja como Farmacéutica. Luego como juez sustituto es nombrado para ejercer en Huéscar (Granada), en donde estuvo casi seis años, si bien vivan en Granada, donde en 1994 nació su único hijo, Manuel Vicente, también farmacéutico.
Tras ello, estuvo también como Juez en Loja, más cerca de Granada, y siguió viviendo en Granada, y cuando acabó allí se trasladaron a Ronda, en donde ejerció durante un año como Secretario Judicial y donde pasaron uno de los mejores años de su vida, por la ciudad en sí y por la gente que la habita.
Después de tanto periplo, e indefinición, con ayuda de la familia, compraron una farmacia en Cortijillos (Los Barrios), en donde su mujer ejerció de boticaria de ese pueblo y Santiago Serrano se instaló como abogado. Desde ese momento, ya ha ejercido de abogado en el Campo de Gibraltar, donde lleva casi 25 años.
En cuanto a su afición por la literatura, surgió de la auténtica obsesión de su padre por ella, sobre todo inglesa, que como profesor de lengua inglesa diseccionaba con mucho tino y sobre todo, por su abuelo, Vicente Risco, al que no conoció, pero del que se dio cuenta que era un auténtico sabio que escribió novelas notables, tanto en castellano (La Puerta de Paja, finalista del premio Nadal en 1952), como en gallego (O porco de Pe, dicen que la primera novela moderna escrita en gallego, una sátira del caciquismo y del triunfo de la materia frente al espíritu.
Escribía también artículos periodísticos costumbristas y deliciosamente ingenuos, ensayos sesudos y libros inclasificables, entre estos, Historia del Diablo. Y padre, dicen, del nacionalismo gallego del que escribió la que también dicen su biblia, “Teoría do nacionalismo Gallego”, si bien modestamente el autor considera que, más que nacionalista, fue amante profundo de su tierra que recorrió entera, como etnógrafo, recogiendo usos, costumbres que luego también publicaba en el Seminario de Estudios Gallegos, a la que defendió siendo diputado en Cortes en dos legislaturas, primero dentro del Partido Gallegista, luego de Dereita Galegista.
Empezó a escribir, aunque no lo hizo metódicamente hasta recientemente, en la pandemia, en que ya escribía, en principio, unas crónicas de lo que pasaba y después cuentos o relatos cortos, pero intensos y divertidos, de los que tiene muchos todavía sin publicar. Una vez tenía ya unos cuantos, decidió mandarlos a la editorial Círculo Rojo.