de San Roque
Con el objetivo de evitar la proliferación de la oruga de la procesionaria del pino en los primeros meses de 2026, este jueves se ha iniciado en la Alameda Alfonso XI el tratamiento de endoterapia en todos los pinos de las zonas urbanas del municipio. Estas inyecciones no suponen ningún daño para el árbol, pero sí resultan fatales para los insectos, que fallecen antes de convertirse en un peligro potencial para niños y mascotas.
La Delegación de Salud del Ayuntamiento de San Roque ha encomendado a la empresa Coplaga, adjudicataria de la lucha contra las plagas en el municipio, que inicie el tratamiento de endoterapia en los pinos repartidos por todas las zonas urbanas del municipio, dando prioridad a los situados en centros educativos y en espacios muy frecuentados. La concejal de Salud, Rocío Fernández, ha supervisado esta labor mientras se llevaba a cabo en los pinos de la Alameda Alfonso XI.
Apuntó la edil que “un año más, comienza el tratamiento endoterapia para la prevención de la oruga procesionaria en todas las zonas urbanas del municipio. Gracias a este tratamiento en los pinos podremos controlar y prevenir las molestias que causa esta plaga. Quisiera agradecer el trabajo del personal de la Delegación, que ha hecho posible que estemos a pie de calle previniendo este tipo de insectos”.
Este tratamiento, consistente en una inyección en el tronco de cada pino, se está llevando a cabo en los alrededor de 300 que pueblan los colegios, parques y zonas verdes del municipio de San Roque. La substancia que se inyecta no provoca ningún daño a la planta, pero sí causa la muerte de la procesionaria antes de que salga del suelo y suba a los árboles para crear los conocidos bolsones, lo que suele ocurrir entre enero y marzo, dependiendo de la temperatura ambiental.
En todo caso, en los primeros meses del próximo año se podrán realizar fumigaciones donde aparezcan las larvas, y también se retirarán los bolsones. La experiencia de los años anteriores apunta a que la reducción de casos puede llegar hasta el 90%.
La oruga procesionaria no sólo daña a los pinos. Su cuerpo está cubierto por unos filamentos urticantes que afectan a la piel humana, tanto por contacto directo con el animal como al desprenderse del insecto y ser diseminados por el viento. Las irritaciones pueden persistir incluso después de acabar con las orugas, porque sus cerdas suelen permanecer flotando en el aire.
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 529.64 KB |